La inhabilitación permanente e incluso una pena de cárcel. Estas son las consecuencias que Sofía tenía que enfrentar tras desconectar el respirador artificial que mantenía con vida a uno de sus pacientes. Un caso que afectaba especialmente a Sofía ya que su hermano estuvo en la misma situación. Está destrozada. Con la entereza que le queda, se dispone a afrontar su último día en el Central. Con semblante triste, se enfrenta a sus compañeros. Teresa y Maca intentan animarla... pero nada puede consolarla. Pasa el tiempo entre cafés, devolviendo libros de medicina porque, "ya no los voy a necesitar más" desoyendo a quienes le dicen que siempre será médico. Raúl, que no puede verla en esa situación, hace todo lo posible para suavizar los duros momentos por los que está pasando su chica. Por ello, decide reunir a todos sus compañeros del hospital y, juntos, dar un bonito adiós a Sofía. Sin embargo, ella no quiere escuchar nada acerca de fiestas.