Cuando los aficionados al baloncesto mencionan el nombre de Bernard King, a todos se les viene a la mente la misma imagen: prolífico anotador, feroz competidor y leyenda de la NBA, pero pocos son conscientes de lo que convirtió a King en el hombre que es hoy. Uno de los que mejor lo ha conocido a lo largo de los años, en la universidad y como compañero de equipo, es Ernie Grunfeld. "Bernie y Ernie" es la historia de dos hombres que tenían muy diferentes orígenes y experiencias, dos personas que, aparentemente, no compartían nada en común, salvo el baloncesto, pero forjaron una estrecha amistad que ha durado cuatro décadas.