El sargento Xavier, agotado por la guerra, y el joven recluta Faustin se separan accidentalmente de su batallón ruandés al salir para realizar una redada nocturna en pleno territorio congoleño. Se enfrentan a la falta de agua, de comida, a la malaria y a los peligros de la selva. Los dos intentan reunirse con sus compañeros yendo hacia el Oeste, pero deben tener cuidado con la población local, debido a la antipatía que los congoleños sienten por el ejército ruandés, y con la presencia de facciones rebeldes.