A partir de agosto de 1936 ya no se habla de golpe, España entera está en guerra. Miles de personas mueren fusiladas, entre ellos Blas Infante y Federico García Lorca. El desbloqueo del Estrecho de Gibraltar permite la entrada indiscriminada de regulares en la peníncula, su violencia se hace patente en los pueblos por los que pasan. Las muertes se suceden y el frente se estabiliza entre las provincias de Córdoba y Jaén. Nada está decidido aunque la supremacía del ejército sublevado parece evidente.