Por casualidades de la vida, Yuki, el taciturno hijo de la vecina, acaba siendo el compañero de juegos de Hikari, con quien acabará entablando una relación muy especial a pesar de sus inseguridades. Un día, Masaki cae enfermo de repente, preocupando a su familia. Pero no estarán solos. Matsuo y Yuki estarán a su lado para apoyarlos en un momento duro.