Ahora que se ha puesto de moda que las marcas de refrescos o chocolates impriman diversos nombres propios en sus etiquetas, Cachitos de hierro y cromo ha recopilado aquellas canciones en las que, desde siempre, los nombres han brillado con luz propia. Sobre todo los de mujer: María, Lola, Lucía, Natalia, Gloria, Vanessa, Manuela... Nombres bíblicos, mitológicos, operísticos… Dependiendo de la edad de cada uno, son vistos con mayor o menor naturalidad, pues nombres que para una generación son exóticos a las siguientes les suenan como de toda la vida. Y es que la mayoría de canciones que somos capaces de tararear no sabemos a ciencia cierta cómo se llaman. En cambio, hay nombres propios atrapados ya para siempre en la redes de una melodía. ¿Cuántas Penélopes, Noelias o Lucías deben su nombre al influjo de una partitura? Hay canciones para casi cualquier onomástica, por muy extraña que esta sea.