Esta es la historia de la operación de vigilancia más grande en la historia británica, y de cómo las agencias de inteligencia del país y sus aliados frustraron el mayor complot terrorista jamás concebido en suelo propio. En junio de 2006, Abdulla Ahmed Ali volaba desde Islamabad, en Pakistán, a Londres, donde residía. Ali desconocía que estaba siendo vigilado por el MI5, el servicio de seguridad británico.