Miguel está aterrado por las consecuencias que pueda tener el asesinato de Pastor. Sastre le asegura que la policía nunca dará con ellos. Pero se equivoca. El Inspector Jefe Prada se presenta en el taller del padre y aunque la policía se va de allí sin hacer ninguna detención Miguel se da cuenta de que es el momento de dejarlo. Carol se debate entre lo que siente con Miguel y su propia naturaleza, esa llamada interior que le dice que su vida está al lado de alguien como el Chatarrero. La decisión de Miguel de dejar los atracos, de retomar su propia vida y las deudas que mantiene con El Chatarrero alientan sus esperanzas de que Miguel se olvide de ella. Pero él tiene otros planes.