El gobernador encuentra, en un viejo caserón un tonel de vino de Montilla añejo, valiosísimo. Le envía unas botellas al rey para quedar bien con él, pero el rey, encantado con el vino, le pide todo el tonel. Los soldados de Rodrigo llevan el tonel al rey, pero durante el viaje Bandolero lo roba, y decide pedirle un rescate al gobernador por él.